Nuestra sociedad ridiculiza y culpabiliza a las personas gordas por sus presuntas fallas y es el cuerpo de lxs niñxs el primer lugar sobre el que operan las técnicas de normalización.
Por eso, las cuestiones de género, pertenencia étnico-racial, clase, capacidad, orientación sexual, no pueden desentenderse del estigma del peso corporal.
Los cuerpos de quienes enseñan y de lxs estudiantes juegan un rol en el aula, incluso si esto se ignora o se pasa por alto. Pero, tal como nos enseñó Audre Lorde, el silencio no nos protegerá.
Figurar los pupitres como metáfora para producir a partir de diferentes enfoques, marcos teóricos y prácticas un movimiento que desarticule discursos y políticas que se dan de bruces con los derechos de las personas gordas.
En este libro arengamos a desbordar los pupitres, salirnos del mutismo epistémico, como un gesto de cuidado, una pequeña intervención discursiva para plantar como posición la decisión estratégica de que niñxs y adolescentes tienen derecho a existir y permanecer gordxs con el abrazo de políticas educativas que garanticen su protección.