En un pueblo silencioso y seco de la geografía argentina una niña nace y llora. Es un llanto sin medida, como venido de una furia ancestral que revuelve los nervios de su madre que nunca volverá a ser quien era. Nadie, nada volverá a estar tranquilo. ¿Es la niña quien lo cambia todo?
Como si nada llorase en el monte, es una pieza literaria notable en la que las imágenes nos sumergen en paisajes familiares que se vuelven extraños, donde las relaciones interpersonales se desarrollan de manera sensible en sus distintas capas: de jerarquías, de género, de edad, de saber. La voz narrativa logra un ritmo sostenido que puede contar los hechos sin apartarnos de la acción para dar explicaciones ni describirnos nada por fuera de lo que está sucediendo.
Ángeles Alemandi compone un mundo y una lengua para contarlo, y consigue hacerlo con una sofisticación tranquila, lejos de las pretensiones altisonantes de las modas y el mercado. Celebro la aparición de esta novela que sin dudas será inolvidable, y espero ansiosa los futuros libros de esta autora brillante.
Carla Maliandi