Tomás Carvajal, secretario judicial de una fiscalía, solo piensa en cómo llevar adelante su plan maestro. Está ansioso: solo falta una firma para que, al fin, le otorguen el año de licencia que solicitó hace meses. Por eso está decidido también a tener esa conversación, la que pone fin al amor y reinicia el ciclo de la existencia.
Pero el hallazgo del cadáver de su novia en una extraña postura que evoca a las posesiones demoníacas impedirá que aquellas estudiadas palabras de despedida salgan de su boca.
Directo y horroroso, así será el primer contacto del protagonista con “El Súbito”, un siniestro fenómeno que empieza a cobrarse la vida de las personas alrededor del mundo.
Inexplicables muertes diarias, una nueva y misteriosa droga que permite ascender fugazmente al paraíso terrenal, traumas del pasado que impiden el presente y traiciones a destiempo, son apenas ejemplos de una trama que atrapa, sofoca pero, sobre todo, nos interpela en cada página.
Están advertidos: con su maestría en distopías y su profundo conocimiento del ámbito judicial, Federico Aliende nos hunde con su prosa directa, casi minimalista, en una Mar del Plata noir y lisérgica que nos lleva a preguntarnos si vale la pena intentar escapar de lo inevitable.
Gastón Intelisano