Gualichos es un libro riesgoso. Ya el título supone la primera de las advertencias que, hasta para un lector o lectora inocente, no debería pasar inadvertida. Una vez dentro de los relatos, será demasiado tarde para escapar de la lectura ansiosa en la que nos sumerge la mano precisa de Julieta Antonelli.
Los trece relatos que componen este libro nos llevan a preguntarnos dónde nace el miedo. Y, como en las buenas historias de terror, no es fácil advertirlo. La tensión inquietante se va filtrando en situaciones casi cotidianas y se aloja, irremediable, antes de que los protagonistas y quienes leen puedan percibirlo.
La materia de los cuentos de Julieta Antonelli está llena de vínculos cercanos, geografías, animales y sustancias, como si lo conocido y lo tangible pudiera darnos un soporte tranquilizador frente a lo que no entendemos. Esta autora, heredera de las grandes escritoras del terror, sabe que es ahí, en los intersticios y en la mente, donde el miedo habita y nos invita a mirarlo frente a frente."