La primera novela de Mariana Enriquez, publicada cuando tenía apenas veintiún años.
Enriquez muestra crudamente la Buenos Aires de la década de los 90 y, aunque parezca extraño, este lo hace con resonancias de novela gótica. El encierro y la paranoia de la cocaína en una ciudad por momentos vampiresca, el sexo como vía de escape o modo de sobrevivir, el descreimiento político, se mezcla con un amor romántico que nunca alcanza la satisfacción. Tal vez adelantada a su época, esta novela brutal y a la vez romántica, joven y descreída, pinta un paisaje que muchos reconocerán.