No hay piedra, madera, oro o plata que experimenten nuestras historias, y aun así, nos acostumbramos a dejar que las cuenten. Renunciamos a las más importantes. Las que relatan y significan cómo venimos y nos vamos del mundo. Las que definen cómo nos lloran de alegría al conocernos o de tristeza al despedirnos. Este proyecto se titula Profano. El término proviene del latín y significa "lo que está fuera del templo". Originariamente, servía para referirse a aquellas personas a las que no se les permitía entrar y celebrar los rituales. El problema es que, dentro del templo, es donde suele discutirse aquello que una sociedad considera sagrado. El objetivo de este proyecto es sacar lo sagrado a la luz. Pasear por afuera del templo y ver a dónde nos llevan los pasos. El camino puede estar hecho de oro y conducir a una lápida. El camino puede estar sembrado de lápidas y conducir al oro. Distintas culturas a lo largo de la historia considerarán que lo sagrado son las lápidas, el oro o el camino. Este proyecto propone que nada de ello lo es: si existe algo sagrado, acaso sean los pasos.