"En un momento uno de los dos dijo "escribamos un libro juntos", y de inmediato se presentó el problema de cómo hacerlo. En realidad, no era un problema de procedimiento, sino de intensidad, de cómo acoplar una y otra escritura en su ida y vuelta, en si anverso y reverso. Así que prestando atención a lo que cada uno estaba escribiendo, leyendo el pasado inmediato de los dos, algo se volvió la vieja propedéutica del tema-composición. Ese algo fue la música. No sabíamos nada de ella. Salvo que era anterior a todo. Y en ello había un impulso suficiente como para escribir este libro. Que fuera anterior nos decía, tal vez sin saberlo, que, de alguna manera evidente y secreta, en el pasado la música ya había estado como motivo. Pero, ¿dónde? ¿Por cuánto tiempo? ¿En qué sentido? La única forma de saberlo era hablar de la música que escuchan todos. Pero entonces la música era el futuro en sus efectos. Este libro es prueba de ello. Siempre es así, solo se escribe sobre lo que en verdad nada se sabe."