Bizzio procede por acumulación de imágenes que una mirada superficial consideraría no relacionables, absolutamente autónomas si la intención de la mirada fuese percibir un significado único. Desde esa visual estrecha su lectura resultará difícil, porque el texto se presenta a menudo clausurado e inabordable. ¿Desde qué orden “lógico”, por ejemplo, encarar ésto? El panelista del árbol de las heladas, forzado, muerto en el ojo del pez –rey– deja una risa de anillos al claro azul, / deja hachas T, / deja una bolsa llena de alitas de jóvenes ciegos. El final, sin embargo, resulta de un desarrollo con íntima coherencia entre sus partes. Oscuridad y transparencia, solipsismo y objetividad se alternan a lo largo del poema.