Existen mapas a la Puerta de no Retorno. A la puerta física, en África, ese punto de partida involuntario de los esclavos hacia destinos inciertos. Son especulaciones de los cartógrafos, series textuales y paisajes imaginados que muestran rutas de ficción, tropos que se superponen en un montaje aleatorio. Pero la puerta es también una locación espiritual. Y regresar a ella, casi un destino psíquico. Una escritora busca las imágenes de la Puerta de no Retorno que sobreviven en las mentes de los negros de la diáspora. Entre museos, viajes y sitios de memoria, recopila las reminiscencias de un cuerpo que desea romper su cautiverio, desmantelando el mito de los orígenes. Como un mapa de navegación, entre brújulas y ruteros orales, transita las grandes ciudades y los pequeños lugares: los escritos de Toni Morrison, J.M. Coetzee, Derek Walcott, V.S. Naipaul, Aimé Césaire, Jean Rhys, André Gide, García Márquez, Pablo Neruda, pero también la prensa, la publicidad, los lenguajes corporales, el habla cotidiana. En un recorrido por fragmentos de historia, investigaciones líricas y la experiencia no escrita de tantos descendientes de quienes cruzaron la puerta, Dionne Brand no solo interroga las fracturas intergeneracionales de la diáspora, también ensaya un relato de exploración sobre la pertenencia y la no pertenencia. Un mapa a la Puerta de no Retorno es un libro tan poético como disruptivo.