Charles Bukowski solía decir que la frase "impulso poético" era una mala idea para él, que al igual que "poético" o "amor" estaba desvalorizada, debido al mal uso que hacían de ella demasiados impostores. Publicó en 1971 "Oficina de Correos" (Post Office) una novela en la que el personaje central, Henry Chinansky, su alter ego, relata cómo sobrevive a la naturaleza tiránica del trabajo de planta permanente en una institución estatal. Le siguió "Eyaculaciones, exhibiciones e historias de locura ordinaria" (Ejaculations, Exhibitions and General Tales of Ordinary Madness), obra en la que el director italiano Marco Ferreri se inspiró para realizar Historias de locura ordinaria, protagonizada por Ben Gazzara y Ornella Muti. Distintos directores cinematográficos se interesaron en su obra y produjeron películas basadas en sus textos, que lo acercaron al gran público: Babet Schroeder, Mariposas de la noche (Barfly); Dominique Deruddere, Amor loco, el amor es un perro infernal, y Patrick Bouchitey, Lune Froinde.
El éxito de sus cuentos y novelas no lo alejó de la poesía, ya que en éste género se sentía sumamente cómodo y le permitía mayores sutilezas cuando ejercía su mirada crítica sobre la sociedad norteamericana, actitud ésta que acercó su obra a un conjunto de lectores especializados que declararon su admiración por su trabajo, entre los que se hallaba Jean Paul Sartre y Jean Genet.
Bukowski, a pesar de su descarnado realismo, alcanzaba momentos profundamente líricos, o para decirlo de una manera que él hubiera aceptado sin quejas o remordimientos, hallaba el giro y el efecto poético en las experiencias cotidianas sin olvidar que en muchos casos éstas eran la raíz del dolor, el sufrimiento y la muerte de ese hombre contemporáneo que vivía en los márgenes de la sociedad industrial.
Una de las consignas que le gustaba repetir era: "Palabras simples, contundentes y efectivas".
Él supo respetarlas, esta conducta le permitió representar a todos aquellos que ya nunca podían creer en él.