CARTAS DEL VERANO DE 1926 «Una carta -dice Marina Tsvietáieva- es una forma de comunicación fuera de este mundo, menos perfecta que el sueño, pero sujeta a sus mismas leyes. Ni la carta ni el sueño se dan por encargo: se sueña y se escribe no cuando nosotros queremos, sino cuando ellos quieren: la carta ser escrita y el sueño ser soñado.» En este epistolario, uno de los más hermosos que ha dado la literatura, presenciamos algo así como un milagro: el de la sintonía entre tres grandes poetas que establecen una conversación entre iguales. Cada uno ve en el otro a alguien muy próximo en espíritu. En estas páginas, las fronteras entre cartas, ensayos y poemas se difuminan y afloran reflexiones como las de Pasternak en torno a la creación literaria y versos como los de la «Carta de Año Nuevo» de Tsvietáieva o los de la «Elegía» de Rilke. MARINA TSVIETÁIEVA Marina Tsvietáieva (Moscú 1892-Elábuga 1941) vivió en Rusia hasta 1922, año en que decidió reunirse en el extranjero con su marido, un oficial de la Guardia Blanca. Residió en Berlín, en Praga y finalmente en París, ciudad que abandonó en 1939 para regresar a la Unión Soviética, donde dos años más tarde puso fin a su vida. Su obra, considerada una de las más destacadas del siglo XX, incluye tanto poesía como prosa.