Sinopsis: ¿Cuánto verano puede entrar en una carta? ¿Todo eso que vivimos y sentimos puede viajar hasta los demás? ¿Cómo se pueden contar y guardar en un sobre esas experiencias? El protagonista de esta bella historia -a quien conocimos en El Membrillo-, escribe una carta a su abuela, a la sombra del membrillo que ya no es una semilla, sino un árbol que da cobijo. Y desde ese cobijo enumera, antes de que llegue el otoño, todas las sensaciones que este verano le regaló: el sabor de las gotas de rocío en el pasto; de aquella nube rechonchita y sola; el perfume de las flores; una estrella fugaz que surca el cielo y una constelación de luciérnagas… Recuperando la tradición de escribir cartas, ese arte que aú Mandolina Libros