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Descripción

Esta edición bilingüe reúne 185 poemas inéditos en España de Emily Dickinson, una de las poetas anglosajonas más leídas en nuestro país, agrupados por la fecha de su escritura, y acompañados del elegante trabajo artístico en papel recortado de Lucila Biscione. Su obra plástica, delicada y original, sintoniza con la sobriedad y la sintaxis rota de la poesía de Dickinson, sin menoscabo de la belleza, la paradoja o los pequeños detalles presentes en los versos.

Dickinson fue una escritora prolífica, aunque solo consintió publicar en vida, de forma anónima, siete de sus poemas. A su muerte, en 1886, se encontraron casi mil ochocientos poemas, cuidadosamente atados con cintas en dos cuadernillos. «Los cuartetos que conforman este volumen constituyen una curiosidad. No forman parte —de forma oficial— de la obra poética de Dickinson. La poeta los escribía como pequeños amuletos y los enviaba —modulándolos según su interlocutor— como si fueran regalos, acompañando flores, o imbricados adentro de la prosa de sus cartas», explica la doctora María Negroni, traductora y prologuista de esta singular obra.

Encontramos cuartetos florales y turbulentos, frívolos y crispados. «A veces, hacia el final, estos poemas se vuelven elegíacos e incluso áridos o abstractos. Pero todos se inscriben contra la retórica, se burlan del énfasis, manifiestan un deseo de contravenir las reglas, de confundir categorías y definiciones, para buscar el vínculo entre órdenes de realidad diversa», afirma Negroni. «El cuarteto es el sello que marca la poesía de Dickinson, su forma omnipresente y la más elaborada. (…) A veces, de esas miniaturas incandescentes salían poemas propiamente dichos. Su importancia en el conjunto es, sin embargo, crucial.»

La artista argentina crea piezas poéticas que parecen sacadas de un sueño haciendo uso de las posibilidades que le da el papel: «Me permite plegar, aprovechar las transparencias, trabajar las diferentes capas. Es muy versátil y me da la opción de generar profundidad y jugar con las sombras». A través de un minucioso trabajo, crea un mundo de fantasía flotante. «Dibujo pensando en el movimiento y la materialidad, pensando que los personajes podrían cobrar vida», explica Biscione.