El hada que no invitaron incluye los libros de poesía de Estela Figueroa publicados hasta la fecha: Máscaras sueltas (1985), A capella (1991) y La forastera (2007), junto al más reciente, Profesión: sus labores, que permanecía inédito hasta hoy. Desde la aparición de su celebrado primer libro, se han aventurado muchas definiciones críticas sobre la obra de Figueroa; todas coinciden en situarla entre las voces más interesantes de la poesía contemporánea argentina, pero posiblemente sea su propia voz –en un poema que refiere a una conversación con el poeta Manuel Inchauspe– la que mejor defina algunos rasgos de su poética:
A Manuel Inchauspe, en el hospicio
Las nuestras, mi amigo,
son obras pequeñas.
Escritas en la intimidad
y como con vergüenza.
Nada de tonos altos.
Nos parecemos a la ciudad
donde vivimos.
Perdiste tus últimos poemas
y yo casi no escribo.
De allí
esos largos silencios
en nuestras conversaciones.