Tanto para los primeros exploradores, como para los primeros artistas inspirados por Japón, la fabulación fue un recurso que les permitió imaginar esa tierra distante, lidiar con su alteridad e instaurar modos específicos de neutralizar al otro. Sin embargo, la fabulación es también un estado corporal desencadenante de movimientos disruptivos.
Christine Greiner indaga esas experiencias que no solo buscaron crear un Japón imaginado (peligroso y/o deseado), sino que también reinventaron la propia vida a partir de la exposición radical y desestabilizadora a otras perspectivas y saberes.
Fabulaciones del cuerpo japonés funciona como un sismógrafo de los microactivismos que se producen a partir de la transformación de la alteridad en un estado de creación: “Al probar movimientos desconocidos, que nos abren a la alteridad en lugar de inmunizarla, las fabulaciones afloran con más intensidad”.