Instigado, según sus propias palabras, por su amigo y psiquiatra Mony Elkaïm, Félix Guattari asume a principios de la década de 1980 el desafío de comenzar una serie de encuentros con la intención de “ir más allá de la perspectiva crítica” que había revolucionado la filosofía, el psicoanálisis y el pensamiento político, para presentar esta vez su teoría de los agenciamientos como un conjunto de puntos de referencia orientados a las prácticas de intervención.
De los encuentros participan figuras relevantes provenientes de diversos campos de actividad, como Jean-Claude Polack, Éric Alliez, Raymond Bellour, Danielle Sivadon, Philippe Adrien, Isabelle Stengers, Enzo Cormann, Gilles Châtelet y Michel Rostain, entre otros. Guattari confiesa que le parece un milagro, en el contexto de lo que él mismo llamó “los años de invierno”, que todavía haya “una banda de amigos para discutir”.
La exposición teórica de los componentes de los agenciamientos, y de su diferencia con los supuestos energéticos y representativos de la teoría freudiana, delimitan las preguntas y los focos de atención del esquizoanálisis, y se articulan con la discusión de casos clínicos, ejemplos, referencias históricas, películas, en esta búsqueda por “definir instrumentos conceptuales para captar resortes inconscientes que, en el análisis clásico, son excluidos, olvidados, o negados”.