Quebranto es un libro culminante de la obra en la que Incardona transformó Villa Celina en un barrio universal. No solo condensa el carácter de su estilo, sino que otorga la clave para entenderlo de manera definitiva.
Para dejar atrás el dolor por las muertes de su madre, familiares y amigos, el narrador de Quebranto sale a caminar por el barrio y se vuelve un héroe capaz de salvar a la humanidad. Se llama Juan Diego Incardona y su destino es narrar. En este vagabundeo, invitado por los fantasmas de sus seres queridos que nos regalan el fino y liberador elixir de las lágrimas, exhibe su don: encontrar objetos maravillosos, relatos perdidos en libros petrificados, historias reflejadas en criaturas radioactivas o en destellos de la luz mala en la que él mismo se está transformando.
Comprendemos entonces que la obra de Juan Diego Incardona es una literatura de andanzas, tejidas por una particular emotividad gauchesca, tanguera y peronista que representaron un hilo en el telar de desdichas que hoy, con Quebranto, tal como una constelación, alcanzan la altura de la eternidad.
I Acevedo