En La isla fosforescente, la voz nómade cambia de cuerpo, una transformación que resulta una forma de escape, un avatar luminoso para resistir al mercado-mundo y su contaminación respirando lo inapropiable.
En el Diario de la china
Roxana Páez convocó en 2010 a aquella mujer escrita en el Martín Fierro como una sombra del gaucho y le dio anacrónicamente una voz. Esta es la tercera edición después de la bilingüe de Fidel Anthelme X (Marsella) y la de Sofía Cartonera (Córdoba, Argentina), ambas de 2012.
Los dibujos que acompañan la edición pertenecen al artista Vicente Grondona.