La vida de los personajes del mítico programa de televisión Jacinta Pichimahuida, cuando ya nadie se acuerda de ellos.
Humorístico, veloz, irónico. El gusto por la tragicomedia de enredos. Una narración entre la angustia y el delirio.
Una complicidad evidente con las tres generaciones que crecieron viendo la serie. Y para los que no la vieron, la introducción de una tragedia argentina.
"-¿No es demasiada casualidad que nadie haya logrado cumplir sus sueños? ¿Que nadie haya logrado ser lo que quería ser? ¿Que nuestras vidas sean un cúmulo de frustraciones? ¿Que haya tantos suicidos, tantas muertes, tantas tragedias y enfermedades terminales? ¿Que haya presos, drogadictos, dealers? -gritó Pepino, de pronto desatado, hablando del futuro como si pudiera verlo- ¡¿Sabés cuántos muertos hay en el elenco de Señorita maestra?!
El tiempo no había pasado para él.
Aunque tuviera 30 años.
-Mirate -dijo Twiggy, con lágrimas en los ojos-. Esta es tu maldición... No son personas extraordinarias descarriadas. Son personas ordinarias que tuvieron un momento extraordinario. Y es todo lo que van a tener. "