¿Cal viva es una novela de post dictadura? Desde los imaginarios de un futuro-presente, la novela nos dice que, con otros engranajes menos visibles, la dictadura continúa. Es esa “basura que se barre, pero no se recoge” representada en ese barrendero que necesita cada vez un escobillón más grande; y en esos “orinadores” que no pueden dejar de tener miedo ante las mil formas de violencia en esa vida donde la realidad parece ser una escenografía. Cal viva nos denuncia, así, nuevas formas de dominación sutil donde la llamada “reinvención” es una nueva forma de “desaparición” y por lo tanto una comunidad de reinventados es una comunidad de sobrevivientes, paradójicamente... “suicidas”. Aparece así el devenir de una galería de personajes en una suerte de collage escénico donde los personajes tratan de recordarse a sí mismos por lo que han sido. Un duelo inconcluso por ese “no ser”, salvo en el personaje adolescente que, detrás de su estratégica careta de Mickey Mouse, finalmente lidera una nueva forma de resistir. Una escritura original, tierna y cruel con una permanente superposición de símbolos y acontecimientos metaforizados con las artes visuales. Un andamiaje poético que nos provoca el deseo de que no sea cierta la terrible advertencia con la que se inicia la novela: Disfruta de la guerra porque la paz te dolerá más. Juano Villafañe