Dragón ya no está apagado, tampoco resfriado ni bajo de baterías, ¡está en plena forma! Y, entonces, ¡todo es posible! Piensa en cuántas cosas diferentes se pueden hacer con un amigo como él: grandote, comilón, con una paciencia infinita e infinitas ganas de divertirse. ¿Qué harías tú para pasar un día a lo grande con tu mejor amigo?
Dragón y su ingenioso, incondicional e incombustible amigo (o amiga) preparan una pizza, ven una peli de miedo, van de tiendas o a la piscina… ¿Qué tiene todo ello de extraordinario? Esa es la cuestión y lo que los lectores irán descubriendo página a página, sonrisa tras sonrisa: quien tiene un amigo tiene un tesoro.