Ese feminismo [blanco] centraba su lucha y sus maneras de conocimiento y teorización contra una caracterización de la mujer como frágil, débil de cuerpo y mente, recluida en lo privado y sexualmente pasiva. Pero no llegó a hacerse consciente de que esas características construían solo a las mujeres blancas burguesas. [...] Las hembras excluidas de esa descripción no eran solamente sus subordinadas. Eran comprendidas también como animales [...] en el sentido profundo de 'sin género', marcadas sexualmente como hembras, pero sin las características de la femineidad.