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Descripción

Este libro de poemas, escrito por la casi mítica poetisa argentina Alfonsina Storni fue su última obra, su testamento literario, editado en 1938 –el año de su muerte- y escrito un año antes, durante las noches en un periodo de descanso en Bariloche, en la Patagonia. Su salud se resquebraja a pasos acelerados, siente la presencia de la muerte, que ya ha seducido y arrebatado a sus amigos Horacio Quiroga y Leopoldo Lugones; el cáncer de pecho reaparece como un funesto augurio y Alfonsina Storni, sabiéndose sin tiempo ya, quiere arrancarle a la vida sus secretos, sus últimos destellos de belleza, pero de una belleza austera y grave, más plena de significados que de juegos graciosos de formas. Son sus últimas creaciones y en el libro, en el último poema, ella misma deposita en el altar de Madona Poesía, su Musa, una “pequeña rama verdecida”.
La poetisa ensaya en este libro nuevos moldes líricos que surgen desde lo más profundo de su alma y sin semejanzas con ningún tipo de escuela o corriente. La misma autora dice en el prólogo:

“Yo pediría al dialogante amigo una lectura detenida de él: todo aquí tiene un sentido, una lógica, aunque por momentos se apoye en conocimientos, ideas, símbolos, que, se supone, están en la alacena mental del lector”.

“Distracción sería señalar el temperamento de estos antisonetos de postura literaria: me han brotado vitalmente en contenido y forma, casi en estado de trance (el empuje inicial de la idea creó de por sí la manera resuelta), ya que escribí la mayoría en pocos minutos, a lápiz, en un lugar público, un vehículo en movimiento, o en mi lecho despertando a deshora; aunque cepillarlos me haya demandado meses”.

“Todo libro, por otra parte, se expresa por sí mismo, si no inmediata, mediatamente; y acaso este introito esté de más: es como si un corazón sensiblemente agitado y estallante se empeñara en querer certificar que las mareas que lo turban suben de sus legítimos torrentes”.