Unos meses antes del nacimiento de Claire de Luz Marina, mientras nadaba en el mar durante una pesca nocturna, su madre mira hacia el cerro Anthère. Ve las luces de sus mansiones brillar, formando racimos a la distancia. En lo alto, un poco más abajo de la loma embrujada Mòn Initil, parpadea el antiguo faro. Avanza entre los peces, partiendo en dos la superficie iluminada del mar, y a su paso las algas centellantes se desvanecen como en un espejismo. Las numerosas chozas de madera frente a la playa, con sus techos de paja y hojalata, completan la vista hacia el pueblo Ville Rose, en el sur de Haití. Siete años después, en el aniversario de su muerte, una ola gigante hunde un bote con su único pescador a bordo.