Entre el país del pasado y el país del presente, Ella, la protagonista de esta historia, reconstruye obsesivamente su genealogía familiar a partir de las historias clínicas de sus miembros. Como si entender esos cuerpos, sus enfermedades, su precariedad, su dolor, le permitiera sostener la ilusión de la eternidad. Como si enfermar pudiera detener el tiempo y ayudarla a terminar la tesis que escribe sobre otros cuerpos, los cuerpos celestes. Pero Ella se pierde en agujeros negros, queda atrapada entre cinturones de asteroides y restos de supernovas milenarias, se distrae buscando en vano planetas habitables adonde tal vez sea posible escapar en el futuro.
En el intertanto, el antropólogo forense que es su pareja provisoria intenta leer el tiempo en los huesos de cadáveres “amordazados, quebrados, disueltos en ácido, capaces de estallar”. Esos cuerpos que continúan, al igual que los astros muertos, emitiendo su brillo pretérito y exigiendo no ser olvidados.
Luego de la premiada Sangre en el ojo y una serie de ensayos polémicos, Lina Meruane regresa a la novela con este libro perturbador y vibrante narrado a partir de fragmentos cargados de electricidad.