Desmontar una casa viene a completar una trilogía involuntaria. La manguera y Barranca, publicados por la ya mítica editorial santafesina Diatriba, acompañan este libro hasta ahora inédito. A través de los tres podemos apreciar los movimientos, a lo largo de una década, de una voz ineludible de la poesía litoraleña pos-2000. Cada libro está signado por una circunstancia de vida crucial. Los elementos que mantienen un flujo constante frente a la volatilidad de la contingencia vuelven esta voz familiar: la conciencia del paso del tiempo, el cuidado de una misma y de los demás, la belleza hogareña descubierta por una espectadora solitaria, la exuberancia del río Coronda y la laguna Setúbal, la compañía de libros, animales y plantas, la ecología de lo que llega y lo que se va. Cecilia Moscovich es una alquimista que extrae de la pérdida un néctar que nos comparte en secreto, y construye con honestidad y fortaleza una morada que podemos visitar mientras duran estos versos, recorriendo habitaciones, muebles y cajones, hasta llegar al corazón de la casa: su patio, una extensión del litoral.