Todo lo que Damián escribe, yo lo leo. Siempre espero que escriba cosas nuevas y le temo al día que deje de hacerlo. Este libro lo comencé rápido, leí un poema tras otro. En voz alta, sentada junto al calor del horno, pude leer para mi novia mientras cocinaba. Pero algo comenzó a quebrarse dentro de mí.
Sentí la recompensa de la felicidad. El profundo misterio de cómo hace lo que hace. ¿Cuál es el propósito de un poeta? Está en el mundo pero no le pertenece al mundo. Pan y cielo es tan precioso como su título y más. Podría decir que Damián es el poeta más valioso de su generación, pero sonaría a la voluntad de iniciar una discusión y para mí eso es indiscutible. También daría la impresión de que de leerlo no aprendí nada. Entonces, mejor armar que Damián es enorme porque todavía escribe como sentado por primera vez frente a la hoja, sin saber bien qué es un poema, y trata de responder a ese enigma fabricando uno. Uno nuevo que leo y cuando lo leo escucho el susurro de la vida. Pido que ese susurro se conserve en mí tan intacto como lo hizo en él.