Con una escritura ambiciosa que dio lugar a auspiciosas críticas, La descomposición (2007), primera novela de Hernán Ronsino, inauguró la trilogía pampeana que conforma junto a Glaxo (2009) y Lumbre (2013).
En el pueblo del Bicho Souza, de Abelardo Kieffer, de Pajarito Lernú, por momentos el aire se hace irrespirable. La sensación de que algo se ha roto sobrevuela los innumerables relatos que hilvanan la memoria de los personajes, un accidente de caza, un crimen, un tornado, un suicidio; “algo se está desgastando, imprevisible, sobre los tejidos scuros, en las entrañas de este momento: y no lo vemos, y no podemos, por estar ciegos, detenerlo; y no podemos, aunque lo viéramos, frenarlo”. Una novela morosa que pareciera hablar de la imposibilidad de narrar, pero también de una época muy clara de la Argentina, de descomposición social, familiar, individual, dominada por el hastío y la ausencia de futuro.
Una prosa brillante, en la que se entrecruzan lo histórico, lo literario y lo ficcional, de una de las voces más sólidas de la narrativa argentina contemporánea.