El arte de los ruidos constituye una de las aristas más originales que tuvo el futurismo italiano. Con toda la violencia rupturista de las vanguardias históricas, Luigi Russolo, pintor y amigo íntimo de Filippo Marinetti, propuso el ruido como elemento musical fundamental y generador de nuevos placeres acústicos, sentando las bases de géneros posteriores como la música concreta, el noise y la electrónica. Con la ciudad moderna de base, el oído fue para Russolo lo que el ojo para Baudelaire. Multitudes, fábricas, nuevas tecnologías. El arte de los ruidos es, al mismo tiempo, poesía y teoría musical.
Traducido directamente del italiano y por primera vez al español de forma completa, esta edición incluye el manifiesto futurista del arte de los ruidos, escrito en 1913, sus repercusiones y la descripción de sus instrumentos-máquina, los intonarumori. Prologado por el gran compositor italiano Luciano Chessa, El arte de los ruidos se mantiene vigente con toda la fuerza y la belleza del arte hecho praxis.