A veces al trote, como cuando sale por la costanera, a veces con quietud expectante, como cuando espera en un banco al costado de las vías la luz perfecta para inaugurar su experiencia fotográfica, Esteban va transformándose en Princesa.
Las fugas es la historia de esa y otras mutaciones, porque Vir del Mar despliega con inteligencia el entramado de relaciones que sostiene y construye al personaje, mientras que tramita una pérdida amorosa y duelos propios y ajenos. Bajo la protección de “dos lesbianas de la vieja escuela” que le brindan un hogar, una travesti arrabalera y la complicidad siempre presente de su hermana, en la construcción de su identidad encuentra una salida en la plena consciencia de su cuerpo y sus deseos.
El barrio, el trabajo en el bar, los sueños, las citas, todo es material sensible en esta novela que busca la hora dorada del atardecer como una promesa.