1 cuota de $19.999 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $19.999 |
3 cuotas de $7.191,64 | Total $21.574,92 | |
6 cuotas de $3.869,14 | Total $23.214,84 | |
9 cuotas de $2.774,31 | Total $24.968,75 | |
12 cuotas de $2.236,89 | Total $26.842,66 | |
18 cuotas de $2.626,54 | Total $47.277,64 |
6 cuotas de $4.540,44 | Total $27.242,64 | |
12 cuotas de $3.018,18 | Total $36.218,19 |
1 cuota de $19.999 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $19.999 |
Con todas estas voces gritando en sus oídos, ¿cómo puede el artista seguir en paz en su estudio, contemplando su modelo o su manzana en la fría luz que atraviesa la ventana? Se ve obligado a participar en política. Dos causas de suprema importancia para él están en juego: la primera es su propia supervivencia; la otra es la supervivencia de su arte.
Virginia Woolf
El arte y la literatura, en estos ensayos, aparecen como instancias democráticas y necesarias para un nuevo mundo. La idea de que un artista no puede y no debe separarse de su entorno es repetida una y otra vez en los textos, que nos muestran a una Woolf que cree en un mundo distinto al que conoció: una literatura y un arte nuevos. Solo podemos imaginar la reacción que tendría en una época donde la información es lo más fácil de conseguir. Pero sus palabras siguen llamándonos a apoderarnos de la literatura y a hacerla nuestra, en vez de dejarla en las manos de la elite. Como la propia Virginia dice: “la literatura no es terreno privado de nadie”, así que no hay razones para no disfrutarla nosotros mismos.
Ana María Álvarez