¿Cómo describir el mundo en que vivimos? Žižek lo resuelve con pragmatismo: habla de un mundo loco, en el que las ideologías perdieron relevancia. A partir de tres ejes fundamentales: guerra, cine y sexo, todos los textos de este libro se hilvanan para (intentar) explicar un mundo en crisis.
Lo que vemos últimamente es algo que solo podemos llamar tecnopopulismo: un movimiento político con una clara apelación populista (trabajar para el pueblo, para sus “intereses reales”, ni de izquierda ni de derecha) que promete ocuparse de todos mediante una política racional y de expertos; un enfoque pragmático que no moviliza pasiones bajas ni recurre a eslóganes demagógicos. La vergonzosa paradoja que nos vemos obligados a aceptar es que, desde un punto de vista moral, el modo más cómodo de mantener una posición de superioridad es vivir en un régimen moderadamente autoritario.